Señor director:

Luego de lograr el 2000 y 2002 la entrega de recursos pesqueros más importantes del país a un pequeño grupo de empresarios, la gran industria de este sector comenzó su arremetida hacia aguas internacionales, tratando de limitar la captura fuera de la Zona Económica Exclusiva (ZEE).
Tras un fallido intento en la Comisión Permanente del Pacífico Sur (CPPS) con el "Acuerdo de Galápagos", que sólo firmó Chile, este grupo de industriales decidió impulsar la creación de una Organización Regional de Pesca (ORP) para el Pacífico Sur, pretendiendo la asignación de cuotas exclusivas de pesca en aguas internacionales.

Durante los últimos siete años el Estado de Chile ha invertido una gran cantidad de recursos en la creación de la ORP, siempre siguiendo las recomendaciones de la gran industria pesquera. Como era de esperar, aquellos países que capturaban jurel en aguas internacionales dilataron el acuerdo, esperando mejorar su historia de pesca, lo que a su vez incentivó en la aparición de nuevos países que vieron la posibilidad de participar en la pesca.

Hoy, cuando Chile es llamado a ratificar la ORP, los mismos industriales pesqueros que impulsaron la creación de esta organización, al ver que en la arena internacional no pudieron manejar el sistema de la forma que lo han hecho en Chile, iniciaron una campaña en contra. Lo anterior, sin contar que la no ratificación de este acuerdo por parte de nuestro país no impedirá la entrada en vigor de la ORP, pues será ratificada con o sin Chile como miembro. Esto nos podría convertir en país pirata que no adhiere a esta organización y que tendrá la presión internacional para ingresar a la misma, pero con las condiciones impuestas por quienes ya son miembros.

Ricardo Rincón
Diputado DC