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martes, 1 de marzo de 2011

Martes 1 de marzo de 2011.-la estrella valparaiso
Tripulante porteño sobreviviente cuenta la verdad sobre el naufragio
Fue sólo 13 minutos lo que demoró la embarcación pesquera "Faro de Hércules", de la empresa Pesca Chile, en sucumbir ante el fuerte mal tiempo y - presuntamente, según lo que acusan los tripulantes sobrevivientes - al mal estado de la máquina que transportaba a 42 hombres, sumando el estado de intemperancia en la que se habría encontrado el capitán del barco, Alberto Barrera Recabarren.
El porteño Juan Marcelo Martínez Cabrera, de 25 años, es uno de los 38 - hasta ahora - tripulantes sobrevivientes, y si bien se siente aliviado que la pesadilla haya terminado, debe tomar pastillas para dormir porque no puede conciliar el sueño, sin que aparezcan los recuerdos de esa tarde, que se resumen en la desesperación y el temor de ser tragados por las olas y de aquella eterna espera para ser rescatados; agonía que duró 15 horas en medio de un temporal, que se mantuvo desde las 10:00 de la noche hasta las 3 de la madrugada siguiente, con olas cuya altura alcanzaban desde los 4 a los 5 metros. Una experiencia bastante fuerte para alguien que navega sólo por segunda vez y con una extensión de un mes.
El joven tripulante conversó con La Estrella sobre su traumática experiencia en el naufragio de la embarcación pesquera "Faro de Hércules", el pasado jueves en Punta Arenas, y contó con detalles desde el momento que comenzó la emergencia hasta el polémico rescate por "los mareos y el vómito" del capitán Barrera al interior de una de las balsas.
PARÓ LA MÁQUINA
Para comenzar, Martínez indicó que la tripulación se encontraba trabajando cuando había mal tiempo. "El capitán y el jefe de pesca (Manuel Ángel Sampedro) quisieron que siguiéramos trabajando porque nos decían que estábamos "capeando", (no trabajando) cosa que no era así (...). El barco comenzó a escorarse ( ladearse) y en esos momentos empezó a entrar agua. Me acuerdo que fuimos a avisar, de ahí pasaron diez minutos y finalmente, por cuenta de nosotros, decidimos ponernos el chaleco salvavidas y subir a cubierta porque ya estaba todo inundado de agua". Agregó que "el mal tiempo paró la máquina. Cuando paró dijimos, ya salgamos porque sin ella no podíamos hacer nada. La verdad es que nosotros no deberíamos haber estado trabajando con ese temporal que el capitán Barrera tenía conocimiento. Era la avaricia para tener mayor pesca".
El tripulante señaló que ante la desesperación de ni siquiera poder caminar, porque se resbalaban con las botas, comenzaron a salir por los claraboyas, esto debido a que las puertas estaban trancadas cuando se tumbó el barco. "Comenzamos a salir y el barco estaba en declive , tratamos de sacar a la mayor cantidad de gente posible, ayudándose dentro de lo que podía (...) . Pero cuando el barco estaba muy escorado nos empezamos a tirar al agua. Había gente sin chalecos salvavidas. Y en un momento que sacábamos las balsas, el capitán nos retó y nos preguntó porqué estábamos sacando las balsas".
"PASADO DE COPAS"
Juan Marcelo Martínez, además, refiriéndose al capitán Alberto Barrera Recabarren, dijo que "(él) estaba pasado de copas, mis compañeros lo pudieron ver, porque cuando estaba arriba de la balsa, comenzó con mareos y a vomitar alcohol..., estaba puesto el hombre".
Volviendo al momento del escape de la embarcación, el tripulante comentó que habían muchos compañeros que estaban tan desesperados que algunos de ellos se lanzaron sin chaleco salvavidas y que la mayoría de los tripulantes de Magallanes, tenían aún más miedo porque curiosamente no sabían nadar.
Martínez indicó que se lanzó a una de las balsas de emergencia que dispusieron entre todos, al estilo "comando" pero habían otros compañeros que se lanzaban sin medir bien si caían encimas de otros tripulantes. Fueron dos balsas con grupos, el primero en el que iba Juan Marcelo Martínez se encontraban 24 tripulantes y en el segundo había 12 personas.
EXTRAVIADOS
Mientras que los cuatro hombres que - hasta el cierre de esta edición - aún se encontraban extraviados, de acuerdo a lo que comenta el joven tripulante porteño, comentó que los oficiales 1º y 2º, Rubén Espinoza y Patricio Jiménez, respectivamente, se encontraban en las máquinas hasta que él emprendió la retirada desde el barco. "Ellos estaban cambiando el petróleo dentro de la emergencia y después yo no vi nada. Vi a Guillermo Cáceres, el ayudante de cocina, que estaba como en shock, pero andaba con chaleco salvavidas. Luego vi a Patricio Jiménez que andaba con traje de inmersión y Eduardo Andrade se subió a una balsa, pero después se cambiaron de ella, en ese instante Eduardo Andrade se soltó de la balsa".
RESCATE
Dentro de la balsa, el segundo piloto andaba con una radio de onda corta, así que cuando pasó una avioneta de la Armada dio la señal. También lanzamos bengalas en la noche cada una hora, en total teníamos ocho bengalas de mano y de humo para el rescate, pero durante las 15 horas de espera estuvimos "achicando" agua y todos juntos comiendo galletones que venían en la balsa y en bolsas de agua, también habían astillas para el mareo. En el grupo del tripulante porteño, éste señaló que había un marino mercante que lloró durante tres horas mientras se encontraban esperando ser rescatados. "El estaba de cumpleaños ese día, realmente estaba muy mal sociológicamente"-
AL SIQUIATRA
"A mí todavía me cuesta dormir y lo hago porque tomo pastillas relajantes, pero me acuerdo constantemente. Todos mis compañeros están sociológicamente mal igual, queremos que nos manden al siquiatra o algún tratamiento. Lo que más me chocó fue ver la desesperación de mis compañeros que quedaron encerrados porque igual me acuerdo de ellos y mi miedo de morir ahogado, de frío no tanto, pero me daba pánico el hecho de morir ahogado" indicó Juan Marcelo Martínez.