08/11/2010
Desafíos Pesqueros
Antonio Horvath K., senador
Hace muchos años que en el Congreso se ha planteado la necesidad de aumentar los fondos de investigación y potenciar un Instituto de Fomento Pesquero, que tenga los medios para hacer investigaciones que permitan tomar decisiones de administración y distribución apropiada. Hace 10 años se modificó la Ley de Pesca estableciendo los Límites Máximos de Captura por Armador, combinando la historia de extracción con las autorizaciones legales. De esta manera cada actor conocía de antemano el porcentaje de la cuota que se fijaba año a año para poder distribuir sus capturas, obtener mejores precios, poder agregarle valor y reducir significativamente la cantidad de naves pesqueras, además, se aumentaron dichas patentes, entre otros, para investigación. El Posicionador Satelital, permite conocer en tiempo real el lugar y tipo de actividades que está desarrollando cada nave. A pesar de lo anterior, muchos recursos naturales están con un grave deterioro, es el caso del jurel, del que históricamente se llegó a pescar 4,4 millones de toneladas el año 1995. Recientemente se han reunido los 25 países con pretensiones en el Océano Pacífico Sur en la ORP, cuyos científicos han señalado como cuota máxima posible de extraer 700 mil toneladas, incluyendo la Zona Económica Exclusiva. Resulta vital separar los temas sociales de los productivos, en el sentido de no resolver problemas sociales con cargo a un abuso de los recursos naturales. En esta materia, hay que aumentar significativamente los fondos para investigación y control, potenciar el IFOP, tomar decisiones adecuadas y agregar a ello la solución de leyes como son las del Descarte y los Ecosistemas Marinos Vulnerables, completar las Áreas Marinas Protegidas, en lo cual se ha avanzado con el compromiso del área de 100 millas en torno a la Isla Salas y Gómez y otros proyectos en el borde costero chileno, reglamentar la acuicultura, zonificar y permitir que se ordene el sector pesquero artesanal respetando las distintas categorías. Si a esto se suma la protección de plagas de los ríos como el Didymo y la necesidad de potenciar la pesca deportiva recreativa, es que estamos ante un sector complejo y que, a la vez, tiene un enorme potencial.
